Hoy fue raro, amor, me desperté pensando en ti,
y me dijeron que lo correcto es dejarte ir,
pero ¿cómo dejar ir a alguien
que me hizo tan feliz?
Como la planta que recibió tanta agua y murió,
yo te di tanto amor,
y nuestra llama se apagó,
como la luz de un faro en medio de la tormenta.

No sabes cuánto hubiera dado
por un segundo más contigo,
por abrazarte, por besarte,
por ser uno solo,
por adorarte hasta el fin de los días.
Pero ya no se puede.
Dicen que es de poetas sufrir
por una musa que nunca será suya.

Por ti, amor mío,
renunciaría a mi pasión,
a la poesía que en mi alma habita,
a todo lo que me queda,
para ir contigo, para perderme contigo.
¿Cómo olvidar aquella primera vez
en la que, sin palabras,
nuestro amor se definió en una mirada?
Fue algo más que especial,
fue nuestro, fue único.

Tus ojos marrones,
como el café que roba el sueño,
ahora, sin ser míos,
me desvelan aún más.
Tu cabello ondeado como las olas del mar,
que antes me...