Paré de huir
Y dejé de luchar contra mi.

Estuve a poco de dejarte y abandonarte aunque eso implicara que la que quedaría en abandono sería yo.
Y es que eso hacía, abandonar a mis amores por temor a un futuro que no había sucedido aún.

Decisiones, discusiones y desilusiones que aún no habían pasado pero creía que sucedería al poco tiempo.
Lo hice y sentí quemarme las entrañas, sentí desmayarme, sentí desfallecer.

Fue cuando dijiste, con un tono de súplica y brillo en los ojos: “Piénsalo bien”. Lo dijiste tres veces, cual persona invoca a un demonio frente al espejo.

No pude evitar recordar en un minuto todo lo que había hecho para arruinar mi felicidad con alguien. Vi pasar lágrimas, risas y mucho amor que ya no existía.
Y es ahí que decidí dejar de ser cobarde y prometí amarte a con todo lo que pudiera ofrecer.

Si alguien llegase a encontrar algún fragmento de mi corazón que escribí para ti, que sepa que no he amado y admirado de tal manera a otro ser.