Que ganas de verte aquí nuevamente
aderirme a tu boca,
bailando en el silencio de las almas
visitando el edificio y quedarnos
eternamente.
La Ciudad hoy está a nuestro favor
tocando nuestra música.
¿Te acuerdas?
La que no pasa de moda.
Amor llévame contigo, antes que caiga
el ocaso y nos rompa el encanto.
No desperdiciemos el rato,
que la vida se disfruta mucho más
comiéndonos como la fruta del manzano.
Sigamos bailando, pegando cara con cara
y el cuerpo siga tu compás.
Hoy estamos juntos, mañana no sé qué
pasará.
Hagamos del momento una velada
armoniosa, mientras la Ciudad no duerme,
tampoco bien se comporta.
Quedemos en el vaivén de nuestros sentidos,
bañemonos en el pasado del olvido
y volvamos a invocar al amor,
antes que llegue el tiempo del olvido.
Oh mi amado, las estrellas, la música ese sonido tan entrante pone nuestros cuerpo,
alma y corazón al cien de miles vibraciones,
aquí están llenos de amor los corazones.
Imaginemos que hoy es nuestro efímero
y único momento...
ya caerá el día y este se quedará en nuestro
recuerdo; bello, apasionado, dulce y ardiente.
Sin pretextos, todo deseable, hasta hacer
el explote de nuestro adentro.
Mira qué nos mira la Ciudad con sus ojos
radiantes, ella no se irrita, no envidia, no
odia, no carece de amor, ni de melancolía,
pues en ella todo es constante, es alegría.
¡Oh, mi amado! Nuestra velada, jamás
será contada por aquellos invitados que
divagan solos, pues del amor sentir no
saben hasta que encuentren su otro Yo.
Experimentaran lo que anhela la Ciudad
que nunca duerme.

@ Candy Clandestina sweet.


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