Destinado a la destrucción.
Aquel día tan gélido, simplista, nefasto
Como glaciar en ruinas, causando estragos
¿Así tenía que ser todo? Me desconozco
Mi corazón cayó más bajo que la niebla y así me ha dejado; bajo tierra.
Incluso meses pasaron y las penurias vida cobraron
El sol dejó de irradiar luz delante de mis ojos
El enemigo empezó a sonreír, decaí
Y su burlona sonrisa se vio reflejada en tal espada de oro que mutilaba al acecho.
Él jamás me tuvo compasión, me golpeó
A la espera de detalles, palabras, una ojeada por mi interior
y solo logró que le dedique un poema destinado al desamor,
él magulló mi débil corazón.
© Azhex