Humo.
Al salir por el portón negro se me escapa un suspiro mientras mis hombros caídos vuelven a su lugar.
Voy dando tumbos sin saber exactamente a donde llegar, pues este sitio hace tiempo que dejo de ser mi refugio, el hogar donde en paz descansan aquellas promesas de llevarla al altar grabadas en mis pensamientos como en cualquier memorial lleno de tragedias y recuerdos.
Cuando los rostros empiezan a pasar no soy capaz de sostener su mirada, cuan pesadumbrosa es mi conciencia que mantiene mi boca cerrada y aún sigue sin ser suficiente para mitigar la ansiedad en mis manos ocultas dentro de mis bolsillos, hurgando de nuevo por un cigarrillo, de sus favoritos, para imaginar el sabor de sus labios en los míos. ...
Voy dando tumbos sin saber exactamente a donde llegar, pues este sitio hace tiempo que dejo de ser mi refugio, el hogar donde en paz descansan aquellas promesas de llevarla al altar grabadas en mis pensamientos como en cualquier memorial lleno de tragedias y recuerdos.
Cuando los rostros empiezan a pasar no soy capaz de sostener su mirada, cuan pesadumbrosa es mi conciencia que mantiene mi boca cerrada y aún sigue sin ser suficiente para mitigar la ansiedad en mis manos ocultas dentro de mis bolsillos, hurgando de nuevo por un cigarrillo, de sus favoritos, para imaginar el sabor de sus labios en los míos. ...