Para G. Bserini

En palabras lejanas
se hilvanan sensaciones vehementes:
latidos desiguales, revoloteos estomacales.
Un desconcierto se cierne sobre mi psique
al vislumbrar tales sentencias:
frases beatíficas de una existencia distante.

Tarde parece ser
para el semanal envío de cartas,
cuando en este infausto siglo
los mensajes son inmediatos.

Un anhelo insondable ostenta mi ánima:
aguardar nervioso, trémulo, ansioso
una tersa carta, día tras día.
Extasiarme, tras la inmensa y penitente espera,
con su sobre cándido, y maltratado
por las puntas, señal del vasto viaje.

Anhelo abrir el sobre como sutilmente
se acaricia un rostro amado,
y residir en los perennes Campos Elíseos
que en tinta perduran.
© Engel Volkov