El inicio de la temperatura
La noche enciende mi mente,
mi hombría y el vino
están listos para que recibas
la gran fatalidad.
Tú, estás de rodillas,
aferrando tus manos y tu rostro
a una de mis piernas,
la acaricias con ternura y sutileza.
Más en tu mirada, en esa sonrisa
veo a una diablita con mente pervertida.
Por eso estás aquí,
en esta habitación roja.
Pues le has encontrado ese placer
que tanto has reprimido.
Es hora de liberarte,...
mi hombría y el vino
están listos para que recibas
la gran fatalidad.
Tú, estás de rodillas,
aferrando tus manos y tu rostro
a una de mis piernas,
la acaricias con ternura y sutileza.
Más en tu mirada, en esa sonrisa
veo a una diablita con mente pervertida.
Por eso estás aquí,
en esta habitación roja.
Pues le has encontrado ese placer
que tanto has reprimido.
Es hora de liberarte,...