Ella siempre llama a la ventana de un sueño
La brisa siempre llama a la ventana de un sueño promisorio, y lo hace con cierta ternura no exenta de cortesía, con la misma rapidez con que el alma extiende sus alas justo cuando cierra lentamente sus ojos, y con esa forma suave y tan particular en la que suele desplegar la dulce y sedosa longitud de sus susurros. La brisa siempre llama a la ventana de un sueño promisorio, a veces de dos o de tres, y todo para...