Comienzo por decirte que el motivo de mi carta es que hemos perdido comunicación. Pasaron varias cosas últimamente y lo nuestro, se pausó sin explicación.
Antes que nada, espero que estés bien y si no, ya sabés cómo encontrarme, que sigo teniendo el mismo número y las mismas ganas de escucharte, saber de vos. Si ya comiste, si te abrigaste bien.. ¿qué tal dormiste?... Que ya llegó el otoño y hace frío. Y acá parece que va a haber tormenta, y no... no hablo del clima. Sinó de la vida, con sus caídas y cuestas arribas. Ya sabés...
En estos días, de hecho, estuve aprendiendo a enfrentar, o al menos hacer poesía, a ese tornado que tengo en el pecho. ¿Te acordas?
Te conté de él y te prometí luchar... A veces creo no poder, pero nunca dejo de intentar... Ya me conoces.
Espero que esta carta te llegue y espero la leas. Y espero sea pronto. Quería decirte, más que nada, que la distancia se siente más fría cuando hay silencio. Que los recuerdos se llenan de nostalgia cuando hay ausencias, y que el silencio de tu ausencia, se siente peor por la madrugada. (No sé si te pasa igual...)
Si es así, no dudes en llamar, que ya sabes que a nosotros el frío nunca nos pudo parar. Y a la nostalgia la calmamos con unas cuantas risas. Hablame, que me han dicho que la confianza se suele perder y que la honestidad desaparece cuando se habla con miedo a ofender.
Quiero que me cuentes todo. No importa si llega a doler, que la peor tortura es pensar y suponer a cada rato. Y no, no nos merecemos ese trato.
Espero tu respuesta, y espero sea pronto, ayer escuché al silencio hablándole al vacío, le dijo algo de una grieta en el corazón debido al frío. Dicen que vienen tiempo difíciles y la soledad es lo que toca. ¿Podes creerlo?
Por favor, hablame, y deciles que se equivocan.




PD: Lo confieso, aún veo a la luna pensando en nosotros.

© karontte