Me debes todo
lo que te he pensado,
el sueño escurridizo
de mis insomnes noches,
el pensamiento esquivo
que te busca en los dias,
ésta amalgama
de demandantes emociones.
Me debes las caricias
que hoy anhelo,
la pasión burbujeante
que arrasa mi cautela,
las miradas que aparto
mientras me contengo,
el deseo que reprimo
mientras mueren
asfixiados en mi boca
mis desamparados besos.
Me debes el goce desmedido
que sé que nos espera,
cuando al fin sucumbas
al placer de nuestros cuerpos,
a la entrega sin escrúpulos,
sin después,
sin desatiempos...
Tienes una deuda
que aumenta aquí,
en silencio,
que crece un poco cada día,
hundiéndome lentamente
en agónico desespero.

© yisetclavel