Un millón de pasos dados
No hubo día más fatídico aquel
cuando a los pinos el viento ya no meció,
inmóviles ante el estridente sonar de un corazón
sollozante,
el ocaso permaneció eterno como tu ausencia,
incluso las montañas parecían más inamovibles que antes.
La lluvia no cae,
los ríos no fluyen,
al...
cuando a los pinos el viento ya no meció,
inmóviles ante el estridente sonar de un corazón
sollozante,
el ocaso permaneció eterno como tu ausencia,
incluso las montañas parecían más inamovibles que antes.
La lluvia no cae,
los ríos no fluyen,
al...