Rebelión de las mariposas de esperanza
Me rebelo en la inmesidad de mi dolor;
me desdigo de lo dicho con espinas que se ensañan en corazones ilusionados.
Y surjo,
nueva y mansa.
Y no volteo la mirada.
Abrazo fuerte, y estoy
aunque no sepa decir palabra.
Te extiendo mi mano fría
mi mirada reposada.
Dificulto a la amargura que salpican las palabras
los abandonos, las llamadas
-que no se hicieron-
que arribe hasta lo hondo de la menoria
y sea daga
y sea resentimiendo
y luego arma.
Y miro al cielo, y veo el azul;
y suelto todo, no guardo nada
Mejor perdón, aunque duela el alma
te invito una vez más a recorrer la cuadra.
Y al ver allá, la guerra desesperada,
me consume ese dolor
pero cae en gotas cristalinas
un destello de esperanza.
Porque ya no veo así, con la mirada apagada
porque vuelve a latir un nuevo día en mí
como el primer día de colegio
y mi mamita, y su fragancia.
Recordar que si es invierno podemos recorer
miles de kilómetros en busca de un poco de calor
de añoranza
de un mundo mejor
de amapolas...
me desdigo de lo dicho con espinas que se ensañan en corazones ilusionados.
Y surjo,
nueva y mansa.
Y no volteo la mirada.
Abrazo fuerte, y estoy
aunque no sepa decir palabra.
Te extiendo mi mano fría
mi mirada reposada.
Dificulto a la amargura que salpican las palabras
los abandonos, las llamadas
-que no se hicieron-
que arribe hasta lo hondo de la menoria
y sea daga
y sea resentimiendo
y luego arma.
Y miro al cielo, y veo el azul;
y suelto todo, no guardo nada
Mejor perdón, aunque duela el alma
te invito una vez más a recorrer la cuadra.
Y al ver allá, la guerra desesperada,
me consume ese dolor
pero cae en gotas cristalinas
un destello de esperanza.
Porque ya no veo así, con la mirada apagada
porque vuelve a latir un nuevo día en mí
como el primer día de colegio
y mi mamita, y su fragancia.
Recordar que si es invierno podemos recorer
miles de kilómetros en busca de un poco de calor
de añoranza
de un mundo mejor
de amapolas...