Aquel amor que nace por el deseo, aquel amor culposo, aquel amor sin cadenas.
que se consume con el éxtasis de nuestros cuerpos.
Aquel recuerdo que nuestra primera noche, aquella noche dónde los astros se alinearon en cruzar nuevamente nuestros labios.
Aquel cuarto testigo del renacer un sentimiento perdido, aquel sentimiento que murió hace mucho cuál fenix al fuego renace entre un candente beso y una suaves carisias las cuales lloran por el tiempo perdido.
Aquel tiempo en el que maduramos aprendimos muchas cosas errores y victorias cuál fuese el caso ya no besaba esos labios que alguna vez deje, besaba otra persona.
Alguien distinta alguien a quien no recordaba, pero esa parte de mi ser saltaba de alegría al ver que volviste, volviste a ser mía por una noche.
Desde ese beso una pasion inconsebible nos envuelve amantes furtivos hullendo de la luz de la verdad, amantes del pecado, amantes de lo efímero, amantes de lo carnal.