...

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Máscara pecadora.
Sumergía mis dedos entre sus finos cabellos
Era mi fruto prohibido probar sus labios de cerezo
De repente un confuso diluvio inundó mis ojos tercos
Y la niña de los siete dones tendió un plan perverso.

La tentación floreció en sus delicadas piernas
Renace manipulación en su cantar de mística sirena
Tuvo tanta codicia qué su alma quedó vagando en pena
No me olvido de ese día que hiciste qué cayera.


Decías que eras la estrella más brillante pero esas son cadáveres
En el mundo de la flora la ortiga pide perdón por ser similares
porque es pisada, vacía y a veces desprende males
Y en celestial paraíso; demonio disfrazado haciendo papel de ángel.


El valle de las tinieblas oscila al verte cruzar sus fronteras
Me refugiaba en tus palabras de miel y estaban llenas de abejas
Tira una piedra por las veces que dijiste que me amabas, ¿aún sigues de pie en la misma montaña? Se pegó a ti la máscara.


Mi alma acorazada pide que deje de recitarte mis falacias
Necesito dejar en evidencia la crueldad qué desatas, diabla
Y es que de amor tú no sabes nada, porque en el momento que empecé a narrar mis cantares, ya estabas sepultada.








© Azhex