...

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Rosas del alma.
Me pariste un día de octubre,
no pudiste siquiera llorar,
ese día comenzó nuestro affaire,
desde ahí te comencé a venerar,
te ganaste el nombre de primera dama,
mi querida, dulce y cascarrabias mamá.

Me enamoraste sin darme cuenta,
te instalaste en el fondo de mi ser,
iniciaste en mi corazón una fogata,
y juntos bailamos un finísimo ballet,
calentaste mi corazón de hojalata,
cuando no estás eres mi desiderata,
mi consorte y heroína escarlata.

Llegaste berreando un día de invierno,
eres el mejor regalo dado de tu madre,
eres mi amor más puro, instintivo y tierno,
me babeo todo cuando me llamas padre,
te cree un nuevo ministerio en mi gobierno,
por ser mi afecto más inocente y eterno.

Del jardín de cada hombre son las diosas,
brillan en cada gallardo y nuevo amanecer,
el mundo está lleno de anónimas famosas,
mi vergel regala su gentil amor al atardecer,
por ello cuido con delicadeza a mis galantes rosas,
pues tienen la perfección y sutileza de una mujer


© ®MaFerSca