Si me lo hubiesen advertido
sin adornos y sin maquillaje
tal vez hubiese comprendido
lo que me esperaba al final de mi viaje.

Mucho camino he recorrido buscando ese algo...
senderos, valles, mares y montañas
sin saber si al final sirvió de algo...
y aún así, sigo aquí esperando por un nuevo mañana.

Amores he cautivado y también los he perdido
producto de mis errores y desaciertos...
de ninguno me he olvidado
y juro que lo que expreso, es cierto.

La fortuna no siempre me ha sonreído
sin embargo, no todo ha sido tan malo...
muchas veces pequé de engreído
olvidando que seguía siendo humano.

El amor estuvo entre mis manos,
lo dejé escapar una y mil veces
destrozándolo en tantos pedazos
como cáscara de quien quiere comer nueces.

Los errores se pagan en su justa medida
todos tenemos que cargar con nuestras cruces...
después de haber sido dueño del mundo
me he convertido en mendigo de la vida.


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