...

8 views

El Madrigal
No me conformo
ni con tu piel,
ni con tu risa,
ni con tu aliento.
No me bastan tus ojos y tus labios.
Quiero tu sangre
y tenderte junto a mí,
desmadejar tu pelo sobre el césped,
sentirlo embravecido.

Deseo deslizar mi silencio por tu lengua,
beber de ti en tus pechos,
surcarte libre, único, infinito,
como el barco en el mar
y el pájaro en el cielo. Enamorar
tu entraña con mi entraña,
herir de paz tu cuerpo.

Ahora,
cierra los ojos y bésame:
deja que palpe el relámpago
de tus piernas
para cuando tenga
que evocarlas en el papel. Cruza entera
por mi garganta,
entrégame tus gritos voraces,
tus sueños carniceros. Dame
la húmeda certeza
de que estamos vivos.
Posa intensamente desnuda
para el madrigal donde sin falta
florecerás mañana:
Quiero sembrarme en ti.

© Roberto R. Díaz Blanco