crucé la calle del centro al atardecer
el cielo era una explosión
de jugo de mandarina
el absurdo
fue hace tiempo, fue ayer
y se asentó en lo inalcanzable
junto a las primeras veces
mi origen, la inocencia
lo anoté para no olvidarme
y ahora esas nubes cítricas me esperan
de otro lado, del lado eterno
inalcanzable pero de otra forma
como las vísceras propias, un miocardio
posibles e imposibles al tacto

pero no es eso lo que quería decir
quería decir que cruzando la calle pensé en ella
si sabrá que es mi última chance de curarme
que pienso agarrarme de ella como un borracho
a los pasamanos de la boca del subte
que necesita llegar a la calle y comprobar
qué hora es en el color del cielo
aunque ya sepa que es bastante tarde

© duluoz