Siempre he creído que un sentimiento
no es producto de una parte de la mente,
si no que lo gatilla una emoción en movimiento
que quiere fluir y expresarse libremente.

Un sentimiento que escapar de su cárcel quiere
que en espacio confinado su escencia restringe,
que amordaza, retiene y su espíritu hiere...
y al no poder demostrar lo que es...finge.

Es como verse atrapado en propio reflejo
que sólo delínea sin vida cual figura
mas, el responsable no ha de ser tu espejo
que a tus heridas, no le corresponde intervenir suturas.

Lo que en el interior ocurre y se manifiesta
es la colisión, que aún no entendemos, de realidades
blancas y oscuras...benévolas y siniestras
que escupen en la cara unas cuantas verdades.

Realidades que no son cosas del azar...
ni aislados incidentes que te impiden cruzar el puente,
son las huellas del andar que haz dejado al pisar
o cuando indiscutiblemente nadaste contra la corriente.

Tanta sensación, sentimiento y energía
...como alguien dijo...no se crea ni se destruye,
sólo se transforma dependiendo como varíe tu día
siendo cazador o presa en tiempos de cacería.

Reflejos del alma...no se me ocurrió otra cosa,
o tal vez no esté demasiado lejos
como la mariposa de tan bella rosa...
y al mirar a mi interior ya no encuentre... mi reflejo.


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