Algún día
Tuve una vez,
una amiga,
su voz era el silencio,
su mirada era la incertidumbre y sus
palabras eran las horas de mis días.
La amistad que me ofrecía era
intangible, ajena al tacto,
nunca pudimos abrazarnos;
era un gran sacrificio
el no poder correr a su brazos.
Paciente, me...
una amiga,
su voz era el silencio,
su mirada era la incertidumbre y sus
palabras eran las horas de mis días.
La amistad que me ofrecía era
intangible, ajena al tacto,
nunca pudimos abrazarnos;
era un gran sacrificio
el no poder correr a su brazos.
Paciente, me...