Tras la monotonía, lo devastado que te sentías y que tu mente parecía ser tu enemiga, por fin haces las paces y tienes esa sanación que tanto querías. Miras el cielo y comprendes todo, el viento te abraza de forma arrulladora después de tanto cansancio insaciable que se formaba, apenas dando una ligera molestia en tu frente. El cantar de los pájaros simulando pequeños besos en tus mejillas y la presencia misma de las flores silvestres que llenaban la tierra de energía.

"Este soy yo, este eres tú, así somos todos".

El sonido del tráfico apenas es audible pero el lenguaje de la naturaleza parece ser más alto, el hablarte y que; de ahí, logras ver al Dios que habita en los extremos, profundizando en sus adentros.

¿No es esto hermoso?, tus preocupaciones pasan descendiendo, como si estuviesen cayendo, luego; te concientizas que eres la única persona que puede alcanzar a aquella anhelada felicidad.

Temo a hacerte una pregunta, que resulta bestial, el señor acomoda sus lentes y de él; emana un brillo celestial, este hombre respira, parece saber la técnica y el arte que en sus venas recorre, sacudiendo el campo y a mi mente secuaz.

"¿Eres feliz?"

El sentido parece aturdirse en lo más lejano-próximo posible, sostienes tu pecho y tus palabras parecen traspasar las comisuras que se acentúan a cada lado, meneando la agitación, donde tu ser más profundo pero conciente se prepara para a hablar por primera vez, luego de eones.

–Cuando veo, cuando siento, cuando respiro, cuando conozco, soy el que soy, tú eres el que eres, porque todo es un espejo y si eres feliz, yo soy–.

El anciano contento por tan maravilloso mensaje, se deleita a pararse y a pasear por el lugar, no sin antes terminar de inspeccionar tu imagen y resaltar con sus ojos cafés tu esencia en estado elevado.

"Fue un gusto volver a encontrarte".

Sabes que tienes el más honesto apoyo, en el que sabrás hacía a dónde dirigirte y por dónde dirigir, en el que solo importa el presente, donde ya no das vuelta a atrás y tu tripulación conforma el futuro acorde a lo demás, te levantas y asientes con amor, que la misión ha sido completada con éxito y orgullo, construyendo un camino de ambiciones en el que eres el protagonista pleno de este bello valle de flores, naranjos y hortalizas, en el que te acompañará siempre la luz de tu destino y la presencia del cielo en plena brisa.


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