Año mil siete catorce,
Tarde primaveral
El Sol baña los campos
Con girasoles, gardenias
Y flores de Azahar;
Mariposas y libélulas
Libres danzan con su jerga
Entendida por belleza;
Golondrinas, colibríes
Y pequeñas abejas
Que cortejan a las flores
Con poemas de su tierra,
Mientras un poeta sueña
Con palabras de amor tierno.

Bajo el árbol de cerezo.
Juventud de aquel poeta
Que soñaba en el cerezo
Aquella tarde de primavera,
Se pintaba de esperanzas,
Ensueños y benevolencia
Por la gracia de su amada
Que adoraba con vehemencia
Y que algún día soñaba
Con llevarle hasta la iglesia.

Año mil siete catorce,
Noche de invierno
Y viento de cierzo,
Los campos pintados
De blanco misterio;
Las flores dormían
En sueño friolento
Y la fauna entumecida
Se encontraba en su aposento,
Aunque el árbol de cerezo
Tenía algo que decir:
'Cinco días hace ya
Que con otro yo la vi,
Bajo este mismo árbol
En que me juró a mí
Amarme con locura
Hasta dejar de existir'.

Rezaba aquella nota
En la mano del Poeta
Enterrado por la nieve
Sin un signo de aliento,
Sin vida y reposado
Bajo el árbol de cerezo.

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