Lo que me mató me hizo fuerte
En los abismos más oscuros, donde las sombras se entrelazan y los suspiros se confunden con el viento, encontré mi resiliencia. Fue allí, en la fragilidad de mi alma, donde la muerte me rozó con sus dedos gélidos y me susurró secretos ancestrales.
La pérdida, como un cuchillo afilado, atravesó mi corazón. El dolor se convirtió en un compañero silencioso, una sombra que nunca me abandonó. Pero en esa oscuridad, también hallé la semilla de mi fortaleza.
Cada lágrima derramada, cada recuerdo desgarrador, se convirtió en el alimento de mi renacimiento. Las heridas se cerraron, no...
La pérdida, como un cuchillo afilado, atravesó mi corazón. El dolor se convirtió en un compañero silencioso, una sombra que nunca me abandonó. Pero en esa oscuridad, también hallé la semilla de mi fortaleza.
Cada lágrima derramada, cada recuerdo desgarrador, se convirtió en el alimento de mi renacimiento. Las heridas se cerraron, no...