Tal vez, alguna noche infernal extrañara mi eterna adoración, las palabras de admiración, mis acciones sin mala intención.
No quiero que la culpa lo siga encadenando, su pobre corazón, que por él, el mío suspiro, se ve atormentado por los castigos que le fueron asignados. Que ha él de esperar, después de todo, es lo consecuente a sus inespicables desplantes, sus selectivos cariños, y a mi corazón destruido.
El tiempo nos está mutilando por partes, cada día me ignora más como si fuera un león sin carácter. No ha visto mis erupciones, ni los temblores que provoco con solo mirarles. Movería mis fuerzas internas, construiría un fuerte con los remanentes de mi ser, solo para que él se pueda expresar sin ser blanco de una cacería. Lo buscaría hasta el fin del mundo, caminaría de rodillas, abandonaría mis valores con tal de ser su eleccion, pero él parece haber tomado una decision.

© marsea