En la distancia se encuentra el anhelo,
un océano de tiempo nos separa,
donde el dolor y la tristeza se entrelazan,
en un silencio que pesa y no para.

Pero en ese vasto mar de incertidumbre,
navega el amor, fuerte y persistente,
una luz en la oscuridad, una llama ardiente,
que encuentra en la esperanza su timón.

Cada ola trae un susurro de tu voz,
y en el horizonte se vislumbra la felicidad,
un reflejo de tus besos, dulces y cálidos,
que calman el vaivén de mi soledad.

Aunque la distancia sea nuestro reto,
y el tiempo un enemigo silencioso,
nuestro amor, eterno e inquebrantable,
florece en la espera, firme y majestuoso.

Porque sé que al final del camino,
cuando la distancia se disipe,
nos encontraremos, con sonrisas y caricias,
y en tus brazos, hallaré mi paz, mi vida.

Sin ti, el mundo se desvanece,
sin ti, mi corazón se queda en silencio,
porque ahora sé que siempre,
serás tú mi razón, mi eterno destino.

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