En un suspiro de ala, la mariposa vuela.
Su color, cual esmeralda, en el sol resplandece.
Se adentra en el jardín en busca de aventura,
donde flores bailan y el aroma la enloquece.

Sus alas despliegan un arcoiris de vida,
un destello fugaz, mágica travesura.
La mariposa es libre, con pasión se desliza
en una danza etérea que acelera la cordura.

Esmeralda en vuelo, un ser de enigmas y encanto,
un símbolo de amor, belleza y transformación.
En cada aleteo nos cuenta un dulce relato
de la valentía de aquel que sigue su ilusión.

Aventura y poesía se entrelazan en su danza;
la mariposa libera sus sueños al volar,
y en cada corazón, una llama se alcanza,
inspiración y esperanza en su devenir sin parar.

Así es la mariposa, esmeralda de los cielos;
nos invita a soñar y a buscar nuestra verdad.
Con su vuelo ligero rompe todos los anhelos,
y nos enseña a vivir sin miedo a volar en libertad.