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Cisterna del ocaso
Vienes como chispas de estrellas fugaces,
te vas sin pretextos ni dilemas definidos,
una sensación evoca y lastima a un corazón herido.
Vengamos el sentir compartido,
mañana vendrá la pena y el castigo por estar conmigo.
Pagando nuestros deseos pecaminosos en este cruel mundo prohibido.
Anhelamos los buenos tiempos de amantes, al socorrer los pecados mortales que nos
acorralan en este espacio perfecto y distante.
Una luz alumbra nuestro destino, nos somete a su entera vida, inquieta los amaneceres de un corazón roto, vigente y entusiasta al encontrar su otro yo.
Ya no hay angustia, todo se vuelve ternura, amor, pasión y deseo ante lo que hoy nace llamado criatura.
A brillado sobre el alma pura algo tierno y semejante espectador de otro tiempo visionario, un merced, un cantor y un vivo embrión ha de desarrollarse y poder sobrevivir en ese corto lapso de ahí la paradoja "Es mejor morir, que nacer"
A ciencia cierta no sé sabe cómo lo distinguiría desde tu punto de partida.
Lo importante es seguir en el universo,
creando vidas.
Veinti tantas madrugadas aparecen muchos seres, sin obtener respuestas de la misión que se les a dado antes de su llegada.
La lámpara del tiempo marca el proyecto de su alma pura, estando en su madurez no entienden nada y su mundo lo muestran al revés, insensato es percibir el aliento y el aura de sus ojos.
Adiós vida nueva, volveré con ustedes en otra dispersa tierra.
¡Volveré, volveré, volveré!
Mugen los acordados en sus tiempos fugaces, mientras tanto seremos cisternas del ocaso.

@ Clandestina.

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